miércoles, 14 de marzo de 2012

Jesús, Dios hecho Hombre

Jesús, Dios hecho Hombre.



Deiby Fuenmayor, MSC

A modo de introducción comienzo esta reflexn centrando la mirada hacia los signos que la naturaleza está revelando a favor de los más débiles e indefensos que se encuentran sumergidos  en  las  miserias,  en  el  olvido  polos que tienen el poder” y creo que hay motivos suficientes para levantar la   voz   como   ciudadanos  y   como   cristianos   que creemos que sí es posible que la justicia sea la pionera en toda relacn humana.


Sin embargo, hoy por hoy,  al hablarse desde amplias perspectivas de que el siglo XXI es el siglo de los avances tecnológicos, de los nuevos adelantos en cuando perfeccnde experimentar  el  universo,  de  llegar  a  explorar  lo  que  hay  más  allá  de  nuestros  ojos  y comprensiones, y, a pesar de… aún prevalece más del 80% de la población mundial pasando necesidades     a          diferentes          escalas,  desde                    hambre   extrema                     hasta     los          que     sobreviven esclavizándose en el trabajo para llevar el pan a la mesa a sus hijo, cuyo proceso, ha sido arrastrando  consigpor  la  injusticia:  dolor,  sufrimiento,  desprecio  por  parte  de  sus contratantes, sin embargo, el amor abnegado hacia los seres que esperan en casa con el estómago  fatigadpor  faltde  alimento  y cosu  cuerpdolientpor  enfermedades  es motivo suficiente del sacrificio involuntario y sin sentido que se tiene que someter. ¿No creen que esto sea irónico?

Pues bien, en medio de toda esta realidad que no se puede ocultar por ningún medio, juegun  papel  preponderante  Dios  Padre  que  sha  compadecido  de  los  sufrientes haciéndose uno de ellos en la persona de Jesús de Nazaret, su Hijo unigénito.
El  Hijunigénito, nacido  del  Padre antes  dtodolosiglos,  luz  dluz,  Dios verdadero,  engendrado,  no  creado,  consubstancial  al  Padre”  (Palabras del concilio ecuménico niceno-constantinopolitano, año 381)

Esta  afirmación  quiere resaltar que el Hijo nace del Padre, más aún, es Dios como el Padre. El Padre y el Hijo por mutua exigencia son el mismo único Dios. Dios que se hace uno de nosotros en la persona de Jes para ayudar a la Humanidad tomar consciencia de que el otro y la otra ha de importarnos, y por lo tanto, se debe trabajar juntos como comunidad, como sociedad para salir de las carencias en que se vive.

Jes,  que  es  la  Revelacn  plena  de  Dios  Padre.  Con  su  predicación,  con  sus anuncios, da pautas para saber como obrar  y alcanzar la plena libertad que se anhela, libertad que ha de llevar a todos a optar por la justicia, la tolerancia, el amor, valores que están escondidas mas no eliminadas.

Se debe recordar hoy y siempre que si Jesús nos ha enseñado que Dios su Padre es también Padre de la Humanidad sean perfectos como nuestro Padre es perfecto (Mate5,48), entonces no se es esclavo. Por lo tanto, como hijos y hermanos todos en Cristo se debe mostrarse al mundo con valentía, movidos por el Espíritu y amante a la obediencia y a la firmeza en la defensa de los derechos de los más vulnerables de esta historia que se está construyendo deshumanizadamente. Así que, nada de explotacn porque es contrario al plan primario de Dios Padre No han recibido un espíritu de esclavos para recaer en el miedo (explotacn), sino que han recibido un espíritu de hijos adoptivos con el cual clamamos: Abba, Padre (Romanos 8,15)

Todos como hijos e hijas de un mismo Dios se ha de reflejar por lo tanto, lo que se es: reveladores del Dios que se humaniza y que es Padre de todos los seres creados en él y que es para él; por otra parte, ejecutores con Jes del proyecto del Padre: anunciar la justicia social y la liberación;  ser,  comunicadores  del  amor  del  Padre  a  todos  los hombres y las mujeres, amor que es misericordioso y que libera de la esclavitud no solo del pecado, sino de las injusticias.

Todo  lo  ques   respeto  a   los   procesovitalestodlo   que   es   cuidado  y reconocimiento enuncia que se está en buen camino hacia la humanización de la sociedad y la comunicacn  al  mundo  del  Dios  EncarnadoPor  tanto,  no  es  imposible asumir de corazón la responsabilidad de ser las voces de las que no la tienen.

Concluyo abonando que no sólo Dios Hijo tiene la misión de humanizar la humanidad deshumanizada en la gloria del Padre del que vino, sino que es tarea de todos y todas, porque somos hijos e hijas del Padre de Jesús de Nazaret.

Amado sea en todas partes el Sagrado Corazón de Jesús”

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